Dos desonocidas a once mil km de distancia dispuestas a traicionar sus textos por

TREINTA DENARIOS

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Y yo que pensé que

Pierdo la cuenta a menudo, un cuarto de hora en el cuarto de baño, los dedos se me arrugan, y lo que dices me cala hondo, como las sandias en verano, creo que te hace falta escuchar canciones en francés para recordar estar triste, para recordar otras miles de historias que no te conté.
Partiendo el pan te preguntaste ¿qué hubiera pasado si me cortaba?, no le eches mantequilla por favor, mi cara está llena de granos y no.
Y viste tu desmayo, la ambulancia, el tipo del gorro, el ir y venir de las personas y hasta la máscara de oxígeno, viste tu desayuno, lo viste, no dijiste nada porque es mejor callar.
No somos hindúes, tenemos trescientas vidas más, qué querés que te explique…